Un tragaluz

Y en las noches de luna llena, deja su ventana abierta, para que su imaginación vuele mientras ella sueña.
En esas noches su inconsciencia se escapa hacia el tejado, botella en mano para vivir una experiencia llena de colores, llena de luces y sensaciones. Habla con las estrellas, les cuenta sus secretos, y cuando se acuerda, viaja hasta el balcón de cierto personaje, allá en un infinito que está a dos horas según las manecillas de su reloj. Y cuando llega le despierta, y solo obtiene como respuesta;
- Tú, otra vez.
Otra vez, que antes sonaba esperanzado, ahora no es más que un desengaño.
+ Pero si son mil historias; imposibles y divertidas, las que vengo a contarte con palabras ruidosas, para que te acuerdes al despertarte.
Y como cuando regresa y se despierta, no le gusta lo que sueña, reescribe otro final, pero esta vez, en el mundo real.