A pocos pasos discurría el riachuelo de sus pensamientos y llegando a la orilla de sus más descabelladas ideas, se topó con el reflejo de la inocencia perdida, que la miraba con lágrimas cayendo por las mejillas.
-Oh, lo siento pequeña, yo no quise que sucediera, yo no quise crecer. Pero el tiempo me adelantó tramposo por la derecha y me hizo caminar de la mano de esta señora, la madurez.- le dijo desolada a esa mirada que desde el reflejo, le devolvía la más infinita tristeza pintada en la cara.
Si la madurez caminara de su mano, aún sería una buena compañera. Últimamente, solía colgarse de su espalda, moribunda, sin ganas de hacerle compañía alguna.
Y fue cuando entonces vislumbró tras un árbol a una cara conocida. Diversión la llamaban, algo diferente la notaba. Había cambiado un poco, desde que la inocencia no la acompañaba, tenía otra cara. Un gesto que incitaba a hacer trampas, pero de forma sana.
Y fue cuando sonriendola se despidió de su inocencia y madurez, para pasar un verano divertido con todos sus amigos...
2 Pensamiento(s):
Jajaja yo también lo pensé tía!.
Tu texto también trasmite mucho verano :D
Nos veremos en Llanes.
No te puedo decir con palabras todo lo que me ha encantado. Me has llenado de optimismo, tengo ganas de vivir :) me quedo aquí, QUE YA ERA HORA! :D Un beso grrrrrrrrrrrrande!
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