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25 mayo 2011

Victoria.


Enciende incienso en su habitación, que da al mar. Ese mar descontento que ruge sin indulgencia contra el rompeolas. Y se tumba en la cama. Y espera a que las horas pasen, a que el olor a incienso sea casi insoportable. Pero no lo es, al contrario, la embriaga. Le encanta las formas que toma ese hilillo de humo insubordinado, que dibuja formas en el aire, que escribe nombres culpables. 

¿Por qué lo haces?
 Ya me acuerdo de él sin falta de ver su nombre escrito en todas partes

 Y trata de moldearlo ella, dibujar otras formas, escribir otros nombres, pero es incontrolable. Igual que el frío de ese enero, igual que el viento que hoy, mueve sin piedad todos los árboles de la ciudad. Igual que el recuerdo en sus labios de aquel cariño. Igual que la ausencia de sus manos enlazadas a las suyas, igual que su mente viviendo en el pasado, igual que su intento de superarlo...
Que fué él quien desapareció, te recuerdo, vieja rana tonta de peluche.
Rana de peluche, que susurra recuerdos mientras sueña con él.

17 mayo 2011

Yellow.

Tienen color de avena.
Si, esas mañanas de Septiembre, en las que te echaba de menos más de lo que debía.
Ese frío y juego anglosajón, que me recuerdan a las primeras horas del día, despedidas.

You know I love you so...

08 mayo 2011

Y de repente

Tiritaba de frío, el vello lo tenía de punta en una sensación desagradable. Del pelo le chorreaban miles de pequeñas gotitas. Frías. Muy frías. Era tan agradable sentir el frío... y a él intentando infundirle calor. O al menos pensó que debería serlo. Agradable me refiero, ya sabeis.

- Te dije que no te metieras al lago todavía, en abril el agua está helada a pesar del buen tiempo.- preveía una charla de las suyas, tenía tanta facilidad de palabra...- pero tu, cabezona, impulsiva e irreflexiva de ti, de cabeza al agua...-por lo menos, uno de los dos sonreía.

Sentía los labios morados por el frío, la respiración acelerada por el mismo motivo.

-Al menos así se que puedo sentir algo.

Y de repente silencio. Aunque era experta en motivarle a discurrir, tambien lo era en hacerle callar.

-Eso es porque aún no me has dejado besarte- más silencio- entonces no lo dudarías.

Y de repente calor.